domingo, 31 de julio de 2016

Viaja desde el sillón de tu casa

A veces para viajar no es necesario moverte de tu casa, podemos viajar mirando alguna película o leyendo algún libro, es por ello que acá le dejamos una colección de las mejores películas viajeras, que te inspirarán y motivarán a realizar un nuevo viaje.

INTO THE WILD

A principios de los años noventa, el joven e idealista Christopher McCandless (Emile Hirsch), adopta el nombre de Alexander Supertramp, deja sus posesiones y sus ahorros a la beneficencia y abandona el mundo civilizado con rumbo a la salvaje Alaska para entrar en contacto con la Naturaleza y descubrir el verdadero sentido de la vida. Adaptación del best-seller de Jon Krakauer, basado en las notas del diario de McCandless




ALMA SALVAJE


Cuenta la historia de Cheryl, una mujer que empieza a recorrer con una mochila muy pesada una distancia de mil setecientos kilómetros a pie: la frontera mexicana que se extiende por las montañas de Oregon y que llaman Pacific Crest Trail.

Con ello, Cheryl quiere dejar atrás unos sucesos dolorosos que acaecieron en su vida y así reconciliarse con ellos. Una pérdida irreparable, desintoxicarse de las drogas que ha consumido durante años y la indiferencia entrega sexual, son los hechos que quiere superar para encontrarse a ella misma.





LA PLAYA




El deseo de encontrar algo auténtico, de conectar con algo o alguien, es lo que empuja a Richard, un joven americano mochilero que llega a Tailandia pensando en vivir una aventura. Richard viaja en busca de experiencias, a la búsqueda de algo diferente. Una vez en el país asiático, Richard se aloja en un hotel de mala muerte de Bangkok, donde se topa con una pareja de franceses, Étienne y la guapísima Françoise. Además, se encuentra con Daffy, un viajero de vuelta de todo, destrozado por años de sol y drogas. Tortuoso y paranoico, Daffy le cuenta a Richard una historia fantástica sobre una isla secreta, un paraíso en la Tierra: la playa perfecta, nunca hallada por los turistas.





LA INCREIBLE VIDA DE WALTER MITTY




Walter Mitty, editor de fotografía de una revista, es un soñador que suele tomarse unas habituales y breves vacaciones mentales de su aburrida existencia. Cuando Mitty y la compañera de trabajo que ama están en peligro de ser despedidos, él deberá de hacer lo inimaginable y emprender un viaje extraordinario como nunca pudo soñar en toda su vida.



THE WAY




Un día, a Tom Avery (Martín Sheen), un reputado oftalmólogo viudo, le comunican que su hijo Daniel, con el que nunca ha tenido buenas relaciones, ha muerto en los Pirineos durante un temporal. Tom, desolado, viaja a Francia y, cuando averigua que su hijo estaba haciendo el Camino de Santiago, decide terminar la ruta en su honor.



UN PASEO POR EL BOSQUE




Tras pasar dos décadas en Inglaterra, Bill Bryson (Robert Redford) regresa a los Estados Unidos con el fin de emprender la gran aventura de su vida: escalar los Apalaches, atravesando algunos de los paisajes más bellos del continente. En este viaje cuenta con la ayuda de un viejo amigo (Nick Nolte), que es el único loco dispuesto a acompañarlo. El único problema es que tienen una idea muy distinta de lo que significa "aventura".

domingo, 1 de mayo de 2016

Este estudio explica porqué debemos gastar dinero en experiencias y no en cosas materiales




Tu dinero no es infinito, así que gástalo en lo que esta investigación dice que te hace feliz.



Sabemos que el dinero puede hacernos felices, pero cuando ya podemos solventar nuestras necesidades básicas, no nos hace mucho más felices. Una de las grandes preguntas que nos hacemos es cómo podemos distribuir nuestro dinero, ya que para la mayoría de nosotros es un recurso limitado.



Hay una suposición que suena muy lógica cuando la gente gasta su dinero: Un objeto material me durará más tiempo, por lo que me hará sentir una felicidad más duradera que ir a un concierto o disfrutar de unas vacaciones por ciertos días. Pero este estudio nos recalca que ese pensamiento es totalmente errado.
Thomas Gilovich es un profesor de psicología que ha estado estudiando estos cuestionamientos por más de dos décadas y ha dicho que uno de los enemigos de la felicidad es la adaptación. ¿por qué? Según él, nosotros nos compramos ciertas cosas para hacernos felices, y lo logramos. Pero, solo por un tiempo porque nos emocionamos solo cuando las cosas son nuevas, pero después nos acostumbramos y dejamos de sentir esa felicidad.
Por lo que Gilovich nos recomienda que gastemos nuestro dinero en experiencias como ir a exposiciones de arte, hacer actividades al aire libre, aprender nuevas habilidades o viajar en vez de comprarnos el último iPhone o un auto último modelo.
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El profesional asegura que estos estudios psicológicos lo llevó a deducir que el dinero compra la felicidad, pero hasta cierto punto. Gilovich cuenta que se le hizo un estudio a ciertas personas y se les preguntó su nivel de felicidad al momento de gastar su dinero en cosas materiales o experiencias. Quienes compraron cosas, experimentaron un nivel de felicidad igual al que tenían antes y con el tiempo esta disminuyó aún más. Por otro lado, quienes decidieron vivir experiencias, demostraron tener una felicidad mucho mayor.
Suena contradictorio decir que un objeto físico que sí permanece en el tiempo, no te hace feliz como sí lo hacen las experiencias. Pueden pensar que es irónico, pero esto se explica nuevamente con el fenómeno de adaptación porque nos acostumbramos a tener esa cosa por lo que pasa a ser algo normal en nuestras vidas. En cambio las experiencias se arraigan en nuestra identidad y memoria.
“Nuestras experiencias nos completan mucho más que las cosas materiales. Te pueden gustar mucho tus nuevas adquisiciones e incluso puedes pensar que parte de tu identidad está conectado con estas cosas, no obstante, las separarás de ti cuando ya te acostumbres a tenerlas. En cambio, tus experiencias realmente son parte de tu identidad porque nosotros somos la suma de todas nuestras vivencias”, comenta Gilovich.
Otro estudio realizado por el psicólogo, nos muestra que incluso si tenemos una experiencia negativa que impacta en nuestra felicidad, ésta nos hará más felices después de que hablemos sobre ese tema y hasta nos riamos del mal momento que vivimos, ya que nos fortaleció y dio más experiencia en esta vida.
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Otra razón es que cuando compartimos experiencias con los demás, nos conectamos mucho más con las personas que compartiendo nuestras nuevas adquisiciones materiales. Te unirás mucho más con alguien que compartiste unas vacaciones en algún lugar, que con alguien que también se compró la televisión más moderna.
“Consumimos experiencias directamente con las otras personas. Después de que las experimentamos, pasan a ser parte de nuestras historias para contar”, explica Gilovich.
Si la sociedad pusiera en práctica los resultados de este estudio, no solo los individuos se tendrían que preocupar de cómo manejar sus ingresos para ser más felices, si no que quienes gobiernan, por ejemplo, se deberían preocupar del cuidado de los espacios recreativos. Como sociedad deberíamos facilitar el hecho de que las personas puedan vivir muchas más experiencias.